jueves, 14 de agosto de 2014

LA PALABRA MAGICA AMOR




El amor es la luz que ilumina y da belleza a la foto de la vida (Juan) 

"El amor hace grandes todas las casas" (Juan)

"El único idioma universal es el beso" (Louis Charles A. de Musset)

"Sólo quien ama puede comprender el sentido pleno de la vida". (Juan)

"El amor mueve el Sol y las estrellas" (Dante Alighieri)

"El amor no tiene edad; siempre está naciendo" (Blaise Pascal)

"Cualquier tiempo no consagrado al amor es tiempo perdido" (Torquato Tasso)

"La ternura es el reposo de la pasión" (Joseph Joubert)

"El verdadero amor no te hace sufrir" (Eckhart Tolle)

"La capacidad de reír juntos es el amor" (Françoise Sagan (1935-2004), escritora francesa)

"E amor sin libertad es esclavitud"

"No es precisamente la razón la que dicta sus normas al amor" (Moliere)

"El amor multiplica la belleza" (Juan)

"El amor es luz" (Juan)
 
"El amor es una fuente de energía" (Simone Weil)

"Quien planta con honestidad la semilla del amor acaba obteniendo los frutos más dulces" (Bernabé Tierno)

"El amor es conocimiento: palabra, mirada y beso" (Juan)



"Sólo se vive cuando se ama". (Claude-Adrien Helvetius)

"Amar es dar" (Juan, y supongo que miles de personas antes que él)

"Te amo no sólo por lo que eres sino también por lo que soy cuando estoy contigo" (Desconozco el autor. Una chica de Granada, que se llama Marta, me dice en el libro de visitas que esta frase es de García Márquez)

"Es una locura amar, a menos que se ame con locura" (Jean Ythier)




"La mejor, la única manera de conservar el amor, es darlo" (Thomas Merton) 

"Sólo quien tiene fe y amor puede hacer cosas grandes e importantes" (Juan)

"Quien ama y cree en lo que ama convertirá en realidad lo que sueña, aunque para ello se precise un milagro. La fe y el amor son la puerta de todos los milagros". (Juan).



"El amor es el deseo infinito del beso eterno" (Nieves Xenet)


"Para el que ha pasado por la nada, amar es volver a ser" (Toxo)


"El amor no prospera en corazones que se amedrentan de las sombras" (William Shakespeare)

"El amor es un generador de energía. Es el motor de la vida" (Mauricio Libenson)

"El amor nace, vive y muere en los ojos" (William Shakespeare)



"En el fondo de cada alma existen tesoros escondidos que solamente descubre el amor" (Edouard Rod)

"El amor es fe y no ciencia" (Francisco de Quevedo)

"La luna y el amor, cuando no crecen, disminuyen" (Proverbio portugués)

"Sólo hay tres voces dignas de romper el silencio: la de la poesía, la de la música y la del amor" (Amado Nervo)

miércoles, 13 de agosto de 2014

*ANCLA POSITIVA*

1º paso
Elije el estado emocional o recurso que quieres anclar. Puede ser tranquilidad, confianza, seguridad, entusiasmo, motivación, decisión, valentía. Decide y enúncialo en positivo. Quiero tener confianza, por ejemplo. 

2º paso
Relajado, en un sitio tranquilo donde nadie te moleste, cierra los ojos y recuerda una oportunidad concreta de tu pasado en el que te sentías de esa manera. Un momento que tenga una gran carga positiva para ti, en que esas emociones hayan sido muy fuertes y  sanas. 

3º paso
Visualiza ese momento como si estuviera ocurriendo ahora mismo. Presta atención a todos los detalles, a lo que escuchabas en ese momento especial, a como te sentías, trata de recrear ese momento como si te vieras a ti mismo viviendolo nuevamente. 

4º paso
Fija el ancla. En el momento en que ese estado emocional que quieres fijar llega al punto más alto haz algún movimiento o gesto concreto que será tu ancla. (Puede ser un golpecito con un dedo sobre tu muñeca, un chasquido de dedos, un puño cerrado con fuerza, presionarte una muñeca con la otra mano, tirarte de una oreja, un gesto que tú elijas y fijes o pongas un ancla, a las emociones que quieres experimentar. Junto con ese movimiento que has elegido, puedes decirte alguna frase o una palabra clave y también evocar una imagen concreta, ya sea pasada o imaginaria que al recordarla te conecte directamente con esas emociones que deseas experimentar. 
 

5º paso
Repite el punto 3 y el 4 tres veces, para que el ancla quede bien fijada durante varios días seguidos.
Un ancla puedes prepararla para un momento importante o especial, como un examen, una entrevista de trabajo, una actuación, un acto donde hablarás en público, una cita......  para lo que tu desees!!! 
Recuerda que las anclas funcionan, ya lo has comprobado con esa canción o ese sitio concreto que te evoca un estado emocional particular. Y ahora que ya lo sabes, puedes utilizar este recurso de manera consciente para cualquier oportunidad que tu desees!! 

  Recuerda que la unica manera de que no funcione es no repitiéndolo hasta que funcione!! 

5 Pasos para Fijar un Ancla con PNL

1º paso
Elije el estado emocional o recurso que quieres anclar. Puede ser tranquilidad, confianza, seguridad, entusiasmo, motivación, decisión, valentía. Decide y enúncialo en positivo. Quiero tener confianza, por ejemplo. 
2º paso
Relajado, en un sitio tranquilo donde nadie te moleste, cierra los ojos y recuerda una oportunidad concreta de tu pasado en el que te sentías de esa manera. Un momento que tenga una gran carga positiva para ti, en que esas emociones hayan sido muy fuertes y  sanas. 
3º paso
Visualiza ese momento como si estuviera ocurriendo ahora mismo. Presta atención a todos los detalles, a lo que escuchabas en ese momento especial, a como te sentías, trata de recrear ese momento como si te vieras a ti mismo viviendolo nuevamente. 
4º paso
Fija el ancla. En el momento en que ese estado emocional que quieres fijar llega al punto más alto haz algún movimiento o gesto concreto que será tu ancla. (Puede ser un golpecito con un dedo sobre tu muñeca, un chasquido de dedos, un puño cerrado con fuerza, presionarte una muñeca con la otra mano, tirarte de una oreja, un gesto que tú elijas y fijes o pongas un ancla, a las emociones que quieres experimentar. Junto con ese movimiento que has elegido, puedes decirte alguna frase o una palabra clave y también evocar una imagen concreta, ya sea pasada o imaginaria que al recordarla te conecte directamente con esas emociones que deseas experimentar. 
5º paso
Repite el punto 3 y el 4 tres veces, para que el ancla quede bien fijada durante varios días seguidos.
Un ancla puedes prepararla para un momento importante o especial, como un examen, una entrevista de trabajo, una actuación, un acto donde hablarás en público, una cita......  para lo que tu desees!!! 
Recuerda que las anclas funcionan, ya lo has comprobado con esa canción o ese sitio concreto que te evoca un estado emocional particular. Y ahora que ya lo sabes, puedes utilizar este recurso de manera consciente para cualquier oportunidad que tu desees!! 
Pruébalo! No pierdes nada!!!  La Programación Neurolingüistica tiene herramientas maravillosas para hacerte la vida mas placentera! Recuerda que la unica manera de que no funcione es no repitiéndolo hasta que funcione!! 
:-)
Le decían Mane, tenía poco tiempo de conocerlo, sin embargo ya había llamado mi atención. Era un tipo que, a primera vista, pasaba inadvertido, pero después de convivir con él algunos días, uno se mantenía muy risueño. Yo había notado que Mane no era el más carismático del lugar; de hecho, tampoco era el más bromista ni el que hacía más comentarios agradables. Entonces ¿por qué tenía ese efecto más marcado que quienes eran más carismáticos y bromistas? - See more at: http://www.pnlaplicada.com.mx/anclas-el-poder-de-la-influencia#sthash.bnIhIT5m.dpuf

Imagínate que tienes el poder de hacer que una persona se ría constantemente, la pase bien contigo y quiera volver a verte… con las anclas esto es posible.


Le decían Mane, tenía poco tiempo de conocerlo, sin embargo ya había llamado mi atención. Era un tipo que, a primera vista, pasaba inadvertido, pero después de convivir con él algunos días, uno se mantenía muy risueño. Yo había notado que Mane no era el más carismático del lugar; de hecho, tampoco era el más bromista ni el que hacía más comentarios agradables. Entonces ¿por qué tenía ese efecto más marcado que quienes eran más carismáticos y bromistas?
La respuesta residía en una sola acción, un movimiento que Mane hacía constantemente, pero en un momento específico. Siempre que alguien estaba riendo junto a él, reían juntos, pero además él tocaba el hombro de esa persona, con lo cual jalaba su atención y se miraban a los ojos mientras reían. Después de reír juntos unas cuantas veces, el condicionamiento ya estaba hecho; así, cada vez que había contacto visual, ambas partes experimentaban de nuevo felicidad.
¿Por qué suceden estas reacciones?
Hace aproximadamente un siglo, el fisiólogo ruso, Ivan Pavlov, formuló su ley del reflejo condicionado. En algunos de sus estudios, Pavlov utilizó perros. Observó que la salivación de éstos, antes de comer, podía ser resultado de una actividad psíquica. Hacía sonar una campana antes de alimentarlos. Con el tiempo, con sólo activar la campana, los perros salivaban, aun sin ser el momento de su comida.
A esta reacción, en programación neurolingüística (PNL) se le conoce como ancla. Tal condicionamiento no se limita a escuchar una campana u otro sonido, sino que puede ser creado mediante cualquiera de nuestros sentidos. Así, un ancla puede ser un estímulo visual, auditivo, kinestésico, olfativo o gustativo, que genera una emoción determinada.
Anclas en tu vida diaria
La cantidad de anclas con las que vive una persona es impresionante. Estamos condicionados prácticamente en todos nuestros comportamientos. Para mejorar tus relaciones, puedes hacer lo mismo que Mane: mirar a la gente a los ojos. No sólo puedes hacerlo cuando alguien con quien deseas relacionarte se esté riendo, sino en todas las emociones ligadas a ti que pretendas evocar en dicha persona. Recuerda hacerlo de un modo natural, pues podrías incomodar a la persona, en lugar de agradarle.
El mejor momento para crear el ancla —en este caso, mirar a los ojos a quien deseas agradar— es el instante previo a que su risa esté en su máxima intensidad; de esta forma, cuando su emoción esté en lo más alto, estará relacionándose contigo y te vinculará a esa emoción.
Debes considerar que si no eres capaz de mantenerte alegre, probablemente colapsarás el ancla que hayas creado en otra persona. Por ejemplo, si tienes personas a tu cargo y decides usar las anclas para que te perciban de un modo distinto, pero luego de anclarlos positivamente explotas de un coraje, haciéndolos sentir emociones desagradables, podría colapsar el ancla que ya habías instalado.
En las relaciones de pareja, el ancla generadora de emociones agradables suele producirse naturalmente. Están allí, juntos los dos comiendo un rico helado, se miran con fijamente y piensan en lo mucho que se aman, viene un suspiro y siguen comiendo. Un día, tienen una diferencia que termina en discusión; entonces, uno de ellos dice al otro: “mírame cuando te estoy hablando”. Si fueras tú el aludido, dado que se encuentra en una emoción desagradable, es posible que realmente no quieras que tu pareja vincule tu presencia con una emoción así.

No vas a evadir la mirada de tu pareja cada vez que tengan emociones desagradables; más bien, van a crear anclas positivas tan poderosas que los momentos desagradables no puedan cambiar la emoción de amor y felicidad que te da esa persona especial.
Estos son solo algunos ejemplos de la importancia que tienen las anclas en la vida diaria. Resulta de muchísima utilidad que aprendas a usar las anclas de manera consciente, ya que de esta manera podrás influir de manera positiva a las personas que se encuentren cerca de ti, ya sea que sean personas cercanas a tu círculo social y afectivo o que sean clientes, compañeros de trabajo o simplemente alguien que quieras hacer sentir bien con tu compañía.
- See more at: http://www.pnlaplicada.com.mx/anclas-el-poder-de-la-influencia#sthash.bnIhIT5m.dpuf

Imagínate que tienes el poder de hacer que una persona se ría constantemente, la pase bien contigo y quiera volver a verte… con las anclas esto es posible.


Le decían Mane, tenía poco tiempo de conocerlo, sin embargo ya había llamado mi atención. Era un tipo que, a primera vista, pasaba inadvertido, pero después de convivir con él algunos días, uno se mantenía muy risueño. Yo había notado que Mane no era el más carismático del lugar; de hecho, tampoco era el más bromista ni el que hacía más comentarios agradables. Entonces ¿por qué tenía ese efecto más marcado que quienes eran más carismáticos y bromistas?
La respuesta residía en una sola acción, un movimiento que Mane hacía constantemente, pero en un momento específico. Siempre que alguien estaba riendo junto a él, reían juntos, pero además él tocaba el hombro de esa persona, con lo cual jalaba su atención y se miraban a los ojos mientras reían. Después de reír juntos unas cuantas veces, el condicionamiento ya estaba hecho; así, cada vez que había contacto visual, ambas partes experimentaban de nuevo felicidad.
¿Por qué suceden estas reacciones?
Hace aproximadamente un siglo, el fisiólogo ruso, Ivan Pavlov, formuló su ley del reflejo condicionado. En algunos de sus estudios, Pavlov utilizó perros. Observó que la salivación de éstos, antes de comer, podía ser resultado de una actividad psíquica. Hacía sonar una campana antes de alimentarlos. Con el tiempo, con sólo activar la campana, los perros salivaban, aun sin ser el momento de su comida.
A esta reacción, en programación neurolingüística (PNL) se le conoce como ancla. Tal condicionamiento no se limita a escuchar una campana u otro sonido, sino que puede ser creado mediante cualquiera de nuestros sentidos. Así, un ancla puede ser un estímulo visual, auditivo, kinestésico, olfativo o gustativo, que genera una emoción determinada.
Anclas en tu vida diaria
La cantidad de anclas con las que vive una persona es impresionante. Estamos condicionados prácticamente en todos nuestros comportamientos. Para mejorar tus relaciones, puedes hacer lo mismo que Mane: mirar a la gente a los ojos. No sólo puedes hacerlo cuando alguien con quien deseas relacionarte se esté riendo, sino en todas las emociones ligadas a ti que pretendas evocar en dicha persona. Recuerda hacerlo de un modo natural, pues podrías incomodar a la persona, en lugar de agradarle.
El mejor momento para crear el ancla —en este caso, mirar a los ojos a quien deseas agradar— es el instante previo a que su risa esté en su máxima intensidad; de esta forma, cuando su emoción esté en lo más alto, estará relacionándose contigo y te vinculará a esa emoción.
Debes considerar que si no eres capaz de mantenerte alegre, probablemente colapsarás el ancla que hayas creado en otra persona. Por ejemplo, si tienes personas a tu cargo y decides usar las anclas para que te perciban de un modo distinto, pero luego de anclarlos positivamente explotas de un coraje, haciéndolos sentir emociones desagradables, podría colapsar el ancla que ya habías instalado.
En las relaciones de pareja, el ancla generadora de emociones agradables suele producirse naturalmente. Están allí, juntos los dos comiendo un rico helado, se miran con fijamente y piensan en lo mucho que se aman, viene un suspiro y siguen comiendo. Un día, tienen una diferencia que termina en discusión; entonces, uno de ellos dice al otro: “mírame cuando te estoy hablando”. Si fueras tú el aludido, dado que se encuentra en una emoción desagradable, es posible que realmente no quieras que tu pareja vincule tu presencia con una emoción así.

No vas a evadir la mirada de tu pareja cada vez que tengan emociones desagradables; más bien, van a crear anclas positivas tan poderosas que los momentos desagradables no puedan cambiar la emoción de amor y felicidad que te da esa persona especial.
Estos son solo algunos ejemplos de la importancia que tienen las anclas en la vida diaria. Resulta de muchísima utilidad que aprendas a usar las anclas de manera consciente, ya que de esta manera podrás influir de manera positiva a las personas que se encuentren cerca de ti, ya sea que sean personas cercanas a tu círculo social y afectivo o que sean clientes, compañeros de trabajo o simplemente alguien que quieras hacer sentir bien con tu compañía.
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Imagínate que tienes el poder de hacer que una persona se ría constantemente, la pase bien contigo y quiera volver a verte… con las anclas esto es posible.


Le decían Mane, tenía poco tiempo de conocerlo, sin embargo ya había llamado mi atención. Era un tipo que, a primera vista, pasaba inadvertido, pero después de convivir con él algunos días, uno se mantenía muy risueño. Yo había notado que Mane no era el más carismático del lugar; de hecho, tampoco era el más bromista ni el que hacía más comentarios agradables. Entonces ¿por qué tenía ese efecto más marcado que quienes eran más carismáticos y bromistas?
La respuesta residía en una sola acción, un movimiento que Mane hacía constantemente, pero en un momento específico. Siempre que alguien estaba riendo junto a él, reían juntos, pero además él tocaba el hombro de esa persona, con lo cual jalaba su atención y se miraban a los ojos mientras reían. Después de reír juntos unas cuantas veces, el condicionamiento ya estaba hecho; así, cada vez que había contacto visual, ambas partes experimentaban de nuevo felicidad.
¿Por qué suceden estas reacciones?
Hace aproximadamente un siglo, el fisiólogo ruso, Ivan Pavlov, formuló su ley del reflejo condicionado. En algunos de sus estudios, Pavlov utilizó perros. Observó que la salivación de éstos, antes de comer, podía ser resultado de una actividad psíquica. Hacía sonar una campana antes de alimentarlos. Con el tiempo, con sólo activar la campana, los perros salivaban, aun sin ser el momento de su comida.
A esta reacción, en programación neurolingüística (PNL) se le conoce como ancla. Tal condicionamiento no se limita a escuchar una campana u otro sonido, sino que puede ser creado mediante cualquiera de nuestros sentidos. Así, un ancla puede ser un estímulo visual, auditivo, kinestésico, olfativo o gustativo, que genera una emoción determinada.
Anclas en tu vida diaria
La cantidad de anclas con las que vive una persona es impresionante. Estamos condicionados prácticamente en todos nuestros comportamientos. Para mejorar tus relaciones, puedes hacer lo mismo que Mane: mirar a la gente a los ojos. No sólo puedes hacerlo cuando alguien con quien deseas relacionarte se esté riendo, sino en todas las emociones ligadas a ti que pretendas evocar en dicha persona. Recuerda hacerlo de un modo natural, pues podrías incomodar a la persona, en lugar de agradarle.
El mejor momento para crear el ancla —en este caso, mirar a los ojos a quien deseas agradar— es el instante previo a que su risa esté en su máxima intensidad; de esta forma, cuando su emoción esté en lo más alto, estará relacionándose contigo y te vinculará a esa emoción.
Debes considerar que si no eres capaz de mantenerte alegre, probablemente colapsarás el ancla que hayas creado en otra persona. Por ejemplo, si tienes personas a tu cargo y decides usar las anclas para que te perciban de un modo distinto, pero luego de anclarlos positivamente explotas de un coraje, haciéndolos sentir emociones desagradables, podría colapsar el ancla que ya habías instalado.
En las relaciones de pareja, el ancla generadora de emociones agradables suele producirse naturalmente. Están allí, juntos los dos comiendo un rico helado, se miran con fijamente y piensan en lo mucho que se aman, viene un suspiro y siguen comiendo. Un día, tienen una diferencia que termina en discusión; entonces, uno de ellos dice al otro: “mírame cuando te estoy hablando”. Si fueras tú el aludido, dado que se encuentra en una emoción desagradable, es posible que realmente no quieras que tu pareja vincule tu presencia con una emoción así.

No vas a evadir la mirada de tu pareja cada vez que tengan emociones desagradables; más bien, van a crear anclas positivas tan poderosas que los momentos desagradables no puedan cambiar la emoción de amor y felicidad que te da esa persona especial.
Estos son solo algunos ejemplos de la importancia que tienen las anclas en la vida diaria. Resulta de muchísima utilidad que aprendas a usar las anclas de manera consciente, ya que de esta manera podrás influir de manera positiva a las personas que se encuentren cerca de ti, ya sea que sean personas cercanas a tu círculo social y afectivo o que sean clientes, compañeros de trabajo o simplemente alguien que quieras hacer sentir bien con tu compañía.
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Imagínate que tienes el poder de hacer que una persona se ría constantemente, la pase bien contigo y quiera volver a verte… con las anclas esto es posible.


Le decían Mane, tenía poco tiempo de conocerlo, sin embargo ya había llamado mi atención. Era un tipo que, a primera vista, pasaba inadvertido, pero después de convivir con él algunos días, uno se mantenía muy risueño. Yo había notado que Mane no era el más carismático del lugar; de hecho, tampoco era el más bromista ni el que hacía más comentarios agradables. Entonces ¿por qué tenía ese efecto más marcado que quienes eran más carismáticos y bromistas?
La respuesta residía en una sola acción, un movimiento que Mane hacía constantemente, pero en un momento específico. Siempre que alguien estaba riendo junto a él, reían juntos, pero además él tocaba el hombro de esa persona, con lo cual jalaba su atención y se miraban a los ojos mientras reían. Después de reír juntos unas cuantas veces, el condicionamiento ya estaba hecho; así, cada vez que había contacto visual, ambas partes experimentaban de nuevo felicidad.
¿Por qué suceden estas reacciones?
Hace aproximadamente un siglo, el fisiólogo ruso, Ivan Pavlov, formuló su ley del reflejo condicionado. En algunos de sus estudios, Pavlov utilizó perros. Observó que la salivación de éstos, antes de comer, podía ser resultado de una actividad psíquica. Hacía sonar una campana antes de alimentarlos. Con el tiempo, con sólo activar la campana, los perros salivaban, aun sin ser el momento de su comida.
A esta reacción, en programación neurolingüística (PNL) se le conoce como ancla. Tal condicionamiento no se limita a escuchar una campana u otro sonido, sino que puede ser creado mediante cualquiera de nuestros sentidos. Así, un ancla puede ser un estímulo visual, auditivo, kinestésico, olfativo o gustativo, que genera una emoción determinada.
Anclas en tu vida diaria
La cantidad de anclas con las que vive una persona es impresionante. Estamos condicionados prácticamente en todos nuestros comportamientos. Para mejorar tus relaciones, puedes hacer lo mismo que Mane: mirar a la gente a los ojos. No sólo puedes hacerlo cuando alguien con quien deseas relacionarte se esté riendo, sino en todas las emociones ligadas a ti que pretendas evocar en dicha persona. Recuerda hacerlo de un modo natural, pues podrías incomodar a la persona, en lugar de agradarle.
El mejor momento para crear el ancla —en este caso, mirar a los ojos a quien deseas agradar— es el instante previo a que su risa esté en su máxima intensidad; de esta forma, cuando su emoción esté en lo más alto, estará relacionándose contigo y te vinculará a esa emoción.
Debes considerar que si no eres capaz de mantenerte alegre, probablemente colapsarás el ancla que hayas creado en otra persona. Por ejemplo, si tienes personas a tu cargo y decides usar las anclas para que te perciban de un modo distinto, pero luego de anclarlos positivamente explotas de un coraje, haciéndolos sentir emociones desagradables, podría colapsar el ancla que ya habías instalado.
En las relaciones de pareja, el ancla generadora de emociones agradables suele producirse naturalmente. Están allí, juntos los dos comiendo un rico helado, se miran con fijamente y piensan en lo mucho que se aman, viene un suspiro y siguen comiendo. Un día, tienen una diferencia que termina en discusión; entonces, uno de ellos dice al otro: “mírame cuando te estoy hablando”. Si fueras tú el aludido, dado que se encuentra en una emoción desagradable, es posible que realmente no quieras que tu pareja vincule tu presencia con una emoción así.

No vas a evadir la mirada de tu pareja cada vez que tengan emociones desagradables; más bien, van a crear anclas positivas tan poderosas que los momentos desagradables no puedan cambiar la emoción de amor y felicidad que te da esa persona especial.
Estos son solo algunos ejemplos de la importancia que tienen las anclas en la vida diaria. Resulta de muchísima utilidad que aprendas a usar las anclas de manera consciente, ya que de esta manera podrás influir de manera positiva a las personas que se encuentren cerca de ti, ya sea que sean personas cercanas a tu círculo social y afectivo o que sean clientes, compañeros de trabajo o simplemente alguien que quieras hacer sentir bien con tu compañía.
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El poder de la influencia

*Actitud Positiva*




Es necesario que aprendamos el nuevo hábito de una actitud positiva en todo momento para que alcancemos las metas que nos proponemos. Una actitud positiva mejora tu autoestima y tus comportamientos para que logres el éxito en todo lo que te propongas.

Si por dentro estamos viviendo una tormenta, eso seguramente se verá reflejado en nuestro mundo exterior. De la misma manera que cuando a nuestro alrededor todo es flujo y felicidad, nos está diciendo la felicidad que habita dentro de nosotros.

En aquellos días en que todo parece salir mal desde el momento en el que nos despertamos, generalmente comienza con una situación problemática (el auto no arranca, no sonó el despertador, etc.) que permitimos que afecte nuestro estado mental. Y eso nos lleva a otro y a otro y antes de que te des cuenta tu mundo no es nada agradable.

 

Pon juntos varios días como estos y la vida se te puede convertir en algo insoportable. Y con todo, ninguna de las situaciones o cosas que salieron mal en nuestro día, fueron las causantes de nuestra miseria, fue nuestra respuesta a lo que nos iba sucediendo lo que causó el mal estado interior y eso viene en detrimento de nuestra autoestima..

No importa lo que pase a tu alrededor, trata de verle el lado positivo a las situaciones y siempre se lo encontrarás. Una persona que piensa positivamente no es que se rehuse a reconocer lo negativo, sino que se rehusa a vivir con lo negativo y este hábito te ayuda a lograr lo que deseas en la vida..

El pensamiento positivo habitualmente busca los mejores resultados de las peores situaciones. Siempre es posible encontrar algo bueno en todo, y esperar lo mejor para ti aunque las cosas se vean mal a tu alrededor. Y lo más grandioso es que cuando buscas cosas buenas, siempre las encuentras. Y esto es algo que vale la pena analizar.

Hay maneras de adquirir el hábito de tener actitudes y pensamientos tanto positivos como creativos y las resumo como sigue:

Concéntrate en lo bueno
Mantén la creencia de que todo lo que te suceda durante el día y cada día de tu vida, te acercará más a tu meta y al éxito. Esta creencia te permitirá buscar y encontrar lo bueno en cada situación. Por difícil que parezca en ocasiones, siempre hay un bien que recibir en cada experiencia de tu vida. Puede ser una lección aprendida, puede ser que ganaste experiencia o que conociste a alguien. Siempre hay un bien que recibir. Encuéntralo y tu actitud tomará una dirección positiva.

Busca la lección en todo
Así como concentrarse en el lado bueno de las cosas, si le buscas la lección que puedes aprender, entonces la situación, circunstancia o peligro toma un significado completamente nuevo. Comenzarás por comprender que cualquier situación que estés enfrentando en estos momentos necesitará que la enfrentes para poder aprender la lección contenida en esa experiencia. Después todas las lecciones que aprendas de enfrentar los problemas que se te presenten te harán crecer y madurar más cada vez mejorando tu autoestima y eso lo podrás utilizar en tu favor para lograr tus metas.
 

Concéntrate en la solución
Cada vez que una situación problemática te aparezca, concéntrate rápidamente en la solución, no en el problema. Todo el tiempo que ocupes en pensar en el problema irá minando tu actitud positiva hacia resolverlo. Concéntrate en encontrar la solución al problema y divídela en tareas que puedas ir manejando, planea las actividades que deberás llevar a cabo para resolver la situación y ¡actúa!

Concéntrate en el futuro
Cualquier reto que se interponga en tu camino, enfócate en el futuro y no en el pasado. No puedes cambiar el pasado, así que en lugar de preocuparte acerca de qué le hizo quién y porqué se le debe de culpar, enfócate en lo que quieres lograr y en cómo puedes llegar a ello desde donde te encuentras ahora. Concéntrate en una visión de tu futuro. Cómo quieres que sea y cómo quieres que se vea. Mantén tu mente enfocada en tu visión del futuro y tomarás acciones que serán más positivas cada día. Organizar tu día de manera que practiques esto continuamente te ayudará a lograr el hábito.

Piensa como piensan las personas de éxito
Las personas de éxito saben que una actitud mental positiva es una herramienta indispensable. Tu también puedes ser tan positivo como desees si te concentras en lo bueno, buscar la lección a aprender, te enfocas en la solución y piensas en el futuro. Si piensas como las personas de éxito piensan utilizando tu mente para ejercer control de la situación, te mantendrás positivo y con buen espíritu la mayor parte del tiempo. Incluso recibirás la recompensa que viene con esa actitud mental positiva, como todas las personas de éxito lo han aprendido.




¡Es el momento de actuar!
Primero, concéntrate en lo bueno y busca la lección que puedes aprender en cada situación. Comienza a escribir un diario o haz una lista de cada idea e inspiración que te pueda llegar de cada revés y dificultad que sufras. Segundo, orienta tu mente siempre hacia las soluciones con cada dificultad que enfrentes. Que sea un hábito para ti el buscar las respuestas a tus preguntas así como las soluciones a tus problemas. Busca la ayuda de una persona que tenga la madurez, la preparación y la experiencia que tu aún no tienes para que sea tu guía en el camino hacia el éxito. Tercero, traslada tus pensamientos a un papel. Tómate el tiempo para escribir cada detalle de la situación que enfrentas y luego practica una "lluvia de ideas" sobre posibles soluciones. Planea los siguientes pasos con tu agenda y calendario en mano y de la forma más lógica que puedas, después actúa para eliminar el obstáculo.


 
 
Piensa con éxito y actúa!